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Porqué comer fruta ecológica.

“Querría defender el derecho de todos a comer fruta ecológica, pero no puedo evitar pensar en todos los que todavía pasan hambre, y pongo los ceros a la cifra oficial del hipócrita programa mundial de alimentos de 795 000 000  (795 millones) de personas para las que el mero hecho de poder comer todos los días aunque fuese algo de arroz no es una certeza, gente desnutrida malnutrida que se muere de hambre. Admito que mi entrada a seguir también va cargada de hipocresía ya que con este gesto insignificante parece que el asunto está zanjado”

 Me paso por la guardería del pequeño tropicultor, y le dejo su botecito de chirimoothie de marcianitos, una versión que lleva incorporada algo de espinacas, berros o canónigos ( los últimos dos apenas alteran el sabor). La mayoría de la gente a la que ofrecí este brebaje ( ¡que está delicioso!) empieza por preguntar: ¿Qué lleva? Y al descubrir el ingrediente marcianito con una carilla de asco me dicen educadamente: No Gracias. Es psicológico, pensar que lleva berros … uyyyy.
Bien, bien, bien. Lo entiendo. Tenemos aversión a ciertos ingredientes o alimentos, y si sabemos que forman parte de la fórmula secreta, pues ese brebaje no llegaría ni por casualidad a tocar nuestros labios. Incluso preferimos no mirar cuando otros se zampan la pócima luciendo una desafiante sonrisa de satisfacción.

Un poco de herbicida por favor.

Pero ojos que no ven corazón que no siente. A los chirimoothies de marcianitos, se añade algo de cacao y hasta los que juraron nunca acercarse a una hoja verde se lo toman muy contentos.
¿A donde voy con este cuento del país de los marcianitos tropicultores?
Te tomarías un bote de herbicida? fungicida? bactericida? ¿Qué tal una cucharita? ¿Y una pizca? Creo que con una pizca no pasa nada, le echaré un poco de ciruela y ni la notarías. El sufijo “-cida” es un sufijo de origen latino que indica “que mata, extermina o elimina a” y no me extraña que alguien se negase a ingerir cualquier palabra que lo contenga. Lo que me maravilla es que nos atiborremos a CIDAs todos los días, eso sí acompañados de deliciosas fresas, espinacas, etc.

¿Porqué nos tomamos productos con veneno?

Aquí no entro en el debate de porqué se utiliza sino porqué aceptamos tomarlo. El gran invento llamado marketing lo arregla todo, nos convence pasar por un quirófano para ponernos implantes de silicona, nos presenta la vida de la Pantoja como más importante que un libro de Tolstoy, también hace que nos comamos esa pizca de veneno acompañada de sabrosos tomates y mozzarella de búfala y un poco de aceite de oliva virgen extra.

  1.  A la agricultura que utiliza venenos la bautizamos como convencional, o en casos más descarados tradicional.
  2. A los venenos con el sufijo CIDA los llamamos productos fitosanitarios, así nos suena más a aspirina que a matarratas.
  3. Obviamente no ponemos ningún etiquetado que indique su presencia! Ya faltaría
  4. Como a la industria no le interesa, a los ecololós se les tildó de radicales, locos, regresivos, nostálgicos, hippies y alarmistas entre otras cosas para desacreditar sus argumentos. y como la gente está enseñada a no leer, una etiqueta de marketing es suficiente para formar una opinión y cultivar una actitud, en este caso de rechazo.
  5. Y finalmente, por si hay algún despistado que haya decidido saltarse un programa de salsa rosa y empezar a hacer preguntas se le informa educadamente que esos productos fitosanitarios se aplican respetando unos plazos para que no quede ni rastro de ellos en nuestra fruta y verdura.

Con lo último me voy a extender un poco más. Obviando que hay muchos productos agrícolas que conllevan tratamiento poscosecha, vamos imaginarnos el siguiente escenario: Un frutal en medio del campo, rodeado de hierba. ¿QUEEE? FLISSSSSSSSSSSSS Fuera hierba … herbicida al ataque. El herbicida se filtra en la tierra y es consumido por el árbol junto a las pastillas de alimentación en formato de abonos químicos pero ahora no nos vamos a meter con la alimentación de las plantas. Al frutal le pueden salir honguitos, FLISSSSSSSSS fungicida, fuera honguitos. Parte de este fungicida es absorbida por el frutal, que es un ser vivo y no una plancha impermeable. Sale la fruta, y muchas sufren los ataques de la ceratitis capitata ( la mosca de la fruta), FLISSSSSSSSSS insecticida, un par de vueltas por cada frutal. Y habéis adivinado este fitosanitario también es absorbido por la fruta, que tampoco está hecha de PVC sino que transpira. Eso sí luego respetamos nos plazos, y muchas veces ni siquiera eso. Y que aproveche.

porqué comer fruta ecológica
Tabla de un documento sobre Tratamientos post cosecha de frutos con pepita que podéis encontrar aquí en la página del ministerio de agricultura y medio ambiente en España.

Piensa antes de comer, un puñadito de espinacas en un chirimooothie no te hará daño, pero los venenos en la agricultura convencional si. Aquí es imposible abarcar toda la información relevante a este tema. pero basta con buscar algo de información y se encuentran muchos estudios y artículos, y no precisamente de un par de locos hippies que le declararon la guerra a todo.

La próxima vez que muerdas esa manzana no ecológica piensa en todo lo que lleva y que no se llama manzana.
Consume ecológico en la medida de lo posible hasta que todo lo que se cultiva lo sea. Porque comer… y comer sano debe ser un derecho de todos y no solamente para uno pocos privilegiados que se lo puedan permitir.

consume fruta ecológica

También incluyo el texto de un documento elaborado por Green-Peace que podéis encontrar aquí.

Aplicación de plaguicidas como rutina en la producción convencional de manzanas de la UE.

Se recogieron 126 muestras de manzanas para postre de 11 países europeos, 17 de éstas eran ecológicas. Las muestras se analizaron en un laboratorio independiente alemán mediante una técnica de análisis de residuos múltiples capaz de identificar una gran variedad de plaguicidas y sus metabolitos (500 parámetros).
Según los resultados ninguna de las muestras ecológicas contenía residuos detectables.
De las 109 muestras de manzanas cultivadas de forma convencional, 91 (83%) contenían uno o más residuos detectables, el mayor número de residuos detectables (8) se encontró en una muestra procedente de Bulgaria. Las medias más altas de residuos por muestra se encontraron en las muestras de España (4,3) seguidas de Bulgaria (4,0) y los Países Bajos (3,4).

Numéricamente los tipos de plaguicidas que se encontraron con mayor frecuencia fueron fungicidas (20) e insecticidas (16), el resto consistía en acaricidas (2) y el metabolito THPI del captano. El THPI fue la sustancia que se detectó con más frecuencia (76), seguida del captano (20), boscalid (19), pirimicarb (18) y clorpirifos etil (15).
Se hallaron dos plaguicidas cuyo uso no está aprobado en la UE: difenilamina en una muestra de España y etirimol en una muestra de Polonia. En el caso del etirimol es posible que este residuo esté presente debido a la degradación del bupirimato. Por otro lado, la difenilamina se puede utilizar como tratamiento después de la cosecha en países no pertenecientes a la UE. Por tanto, dado que el nivel hallado fue bajo, es posible que su presencia se deba a una contaminación cruzada mientras se almacenaron o empaquetaron juntamente manzanas procedentes de la UE y de países no pertenecientes a la UE.

Los resultados analizados con la base de datos del indicador de carga tóxica alemán1 mostraron que 14 de los plaguicidas detectados merecían la calificación más alta (10) por su toxicidad para los organismos acuáticos. 15 de los residuos merecían una calificación de 10 por su toxicidad a insectos beneficiosos, un subconjunto de 8 de estos residuos recibió un 10 por su toxicidad para las abejas. 13 de los plaguicidas detectados recibieron 1 Para más información ver el apartado sobre evaluación medioambiental. la calificación más alta respecto a la persistencia, mientras que 7 tuvieron el ranking más alto posible por su potencial para la bioacumulación.

En muchos casos es imposible analizar de forma clara y global los posibles efectos de los plaguicidas sobre la salud. Tras examinar la Base de Datos de las Propiedades de los Plaguicidas (Pesticide Properties Database-PPDB) resulta evidente la falta de información con la que se cuenta para evaluar los efectos de los plaguicidas sobre la salud. Hay mucha incertidumbre e indeterminación sobre los posibles peligros que éstos pueden suponer. Es especialmente preocupante la falta de información sobre la carcinogénesis, la mutagénesis y las posibles alteraciones endocrinas de un porcentaje significativo de plaguicidas detectados en las manzanas analizadas en este estudio.
Asimismo no se encontró información sobre las posibles repercusiones medioambientales o sanitarias que puede acarrear la presencia de los plaguicidas detectados cuando éstos se encuentren como mezclas, esto demuestra una falta de información más generalizada. La falta de información sobre los efectos de las sustancias individuales o las mezclas, unido a los riesgos que conocemos sobre estas sustancias, muestran las graves deficiencias del régimen normativo sobre plaguicidas. La incapacidad para solventar estas lagunas sugiere que el sistema normativo actual no cumple su propósito.
Por último se debe destacar que ninguno de los residuos hallados en las muestras recogidas sobrepasaron los límites del nivel máximo de residuos (MRL por sus siglas en inglés) establecido para las manzanas. El estudio demuestra la gran variedad de plaguicidas que se utilizan en los productos comercializados, esto indica que el uso de plaguicidas, tanto antes como después de la cosecha, es la norma en el cultivo convencional de manzanas. Ello, unido a la falta de información sobre las consecuencias de estos plaguicidas, ya sea individualmente o como mezclas, es motivo para preocuparse.
Recomendaciones de Greenpeace
Los resultados obtenidos en este estudio tras el análisis de los residuos de plaguicidas presentes en manzanas cultivadas de forma convencional y procedentes de varios minoristas muestran una vez más la gran necesidad de cambiar las presentes prácticas agrícolas basadas en el uso intensivo de sustancias químicas. En concreto es necesario reducir, y en última instancia eliminar, el uso de plaguicidas. Esto supondrá abandonar el sistema de agricultura industrial y adoptar prácticas agrícolas ecológicas. A su vez, esto permitirá solventar de manera eficiente y holística los problemas ecológicos y económicos que actualmente asolan al sector agrícola.
En consecuencia las iniciativas deben ir dirigidas a:
Romper el círculo vicioso del uso de plaguicidas. Es vital centrarse en la agrobiodiversidad funcional. Es fundamentalmente necesario:
1. mejorar la gestión del suelo,
2. poner en marcha el control biológico de las plagas.
3. optar por variedades resistentes adaptadas a las condiciones locales;
4. establecer sistemas para la rotación adecuada de los cultivos y
5. diversificar los sistemas agrícolas para facilitar que se remplacen los plaguicidas en la producción agrícola.
Garantizar que se aplica adecuadamente la directiva de la UE sobre el uso sostenible de plaguicidas. Los Estados miembros deben adoptar medidas concretas y establecer objetivos ambiciosos para avanzar hacia una reducción significativa en el uso de plaguicidas tal y como establecen las directivas de la UE pertinentes.
Se deben revisar los controles normativos para la evaluación de riesgo de los plaguicidas. Es necesario resolver con urgencia las incertidumbres e indeterminaciones relativas a las consecuencias sanitarias y medioambientales de los plaguicidas.
1. Asimismo se deben investigar y monitorizar los efectos de los cócteles agroquímicos en la salud humana y el medio ambiente en general. Las conclusiones relevantes se deben traducir en un marco normativo efectivo. Cuando esta información no exista la regulación de los plaguicidas se debe basar estrictamente en el principio de precaución.
2. Además, se deben evaluar las fórmulas de los plaguicidas en su conjunto y no solo los ingredientes activos por separado.
3. Es necesario que la normativa sobre plaguicidas pueda recoger la nueva información que puede surgir tras el proceso de aprobación. Toda la información utilizada en el proceso de aprobación debe ser de dominio público de forma inmediata y rutinaria.

Categoría: Agricultura ecológica
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